En 25 países de Europa sí y, en caso de no utilizarlos, te pueden multar hasta con 5.000 euros.
Quizás este invierno vayas a esquiar con la familia al otro lado de los Pirineos. Cuanto más subas hacia el Norte, más posibilidades tienes de afrontar un clima adverso. Los neumáticos de invierno se agarran más al asfalto y tu coche frena mejor.
Son muy recomendables e, incluso, obligatorios, según el país, puesto que si tienes un accidente u obstruyes el tráfico puedes ser multado. Date cuenta que, si no llevas cadenas o estos neumáticos, las autoridades pueden inmovilizar tu vehículo.
Recuerda también que la mejor protección es un buen seguro que, aparte de las garantías típicas (Responsabilidad Civil, daños propios, lunas…) incluya asistencia en viaje. Te brinda cobertura sanitaria en el extranjero, alojamiento, repatriación, remolque, envío de repuestos…
Países europeos con uso obligatorio de neumáticos de invierno
Alemania, Austria, Bosnia Herzegovina, Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, Finlandia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Macedonia, Montenegro, Rusia, Serbia, Suecia, Suiza, República Checa, Turquía y Ucrania.
Motivos para montar neumáticos de invierno
Mayor rendimiento y seguridad: un neumático de verano no garantiza un rendimiento óptimo ni seguridad cuando las temperaturas bajan de los 7 grados centígrados. ¿El motivo? Los neumáticos de verano están preparados para soportar las altas temperaturas veraniegas, que pueden rebasar los 40 grados en España, pero con el frío, el rendimiento decae, ya que el neumático no posee propiedades para soportar estas condiciones, lo que provoca que se endurezca, pierda adherencia y flexibilidad.
Esto puede ocasionar que perdamos el control del coche en situaciones cotidianas en la conducción por falta de agarre como en la frenada, donde, además, aumenta la distancia de frenado, al tomar una curva, acelerar en pendiente o al hacer algún cambio brusco en la dirección del vehículo. Como consecuencia, podremos tener una alta probabilidad de sufrir un accidente al encontrarnos con hielo, escarcha, nieve o carreteras mojadas.
Como hemos avanzado, un neumático de invierno conserva las prestaciones en frío, gracias, en parte, a su estructura interna y sus compuestos, pero también por el diseño de su banda de rodadura. En los bloques de este tipo de neumático encontramos unas pequeñas laminillas en forma de zig-zag y otras verticales, que son las culpables de que la adherencia con la superficie sea máxima y que, al frenar, no perdamos la estabilidad del vehículo.
Otros beneficios de equipar neumáticos de invierno a tu coche
Ahorro: El hecho de cambiar de neumáticos de verano a invierno hace que tengamos que realizar una inversión inicial en un nuevo juego de neumáticos, que luego se transforma en ahorro.
La explicación es muy sencilla. Cuando tenemos un neumático de verano, sus prestaciones de desgaste están optimizadas para temperaturas superiores a los 7 grados. Así, al enfrentarnos a temperaturas inferiores, el desgaste será mayor que el que sufre un neumático de invierno. Un modelo de invierno, por lo tanto, es sinónimo de mayor kilometraje y menos gasto.
Adiós cadenas: Las cadenas son el gran enemigo de muchos conductores por su farragoso montaje. Si llevamos un neumático de invierno, dejaremos en el olvido este elemento de seguridad. Tiene un agarre tan elevado que, según está estipulado por ley, es un producto homologado para usar sin cadenas por las carreteras más extremas. Recuerda, además, que si no llevas neumáticos de invierno, deberás comprar unas cadenas, lo que también supone un gasto.
Fuentes MVPV | Feuvert