Dicen que “en la escalada el cerebro es el músculo más importante” y en el esquí también. Nuestras estaciones reciben casi 5 millones de visitantes cada año y 223.000 personas practican el montañismo o la escalada.
No es lo mismo jugar al billar que enfrentarse a una pendiente escarpada. Los deportes de invierno llevan aparejados riesgos de consecuencias muy graves. Así que vamos a utilizar el músculo del cerebro para asegurarnos correctamente. Una de las coberturas principales, en ambos casos, es el rescate por accidente.
Los sanitarios deben acceder con vehículos especiales (trineo, ambulancia adaptada, helicóptero…). Serás atendido en un hospital donde puedes recibir tratamientos e intervenciones quirúrgicas, convalecencias en un hotel, probablemente acompañado de un familiar que se desplazará hasta donde estés. Si, además, has viajado fuera de España te trasladaremos a casa. Imagínate que ocurriría si tuvieras que asumir personalmente todos los gastos y hacerte cargo de los trámites. Muchos no sabríamos ni por dónde empezar.
¿Qué más necesitas?
Un seguro de viaje puede protegerte ante cualquier imprevisto.
¿Recuerdas la película Siete años en el Tíbet? Está inspirada en la vida del alpinista Heinrich Harrer que falleció a los 93 años. La película nos dejó esta reflexión…
“Todos los seres tiemblan ante el peligro y la muerte. Todos valoramos la vida. Cuando un hombre toma eso en cuenta, no mata ni causa que se mate. Estas palabras están grabadas en el corazón de todo tibetano”.