“Gracias por llamar al Instituto de Salud Mental, su más sana compañía en momentos de locura:
- Si usted es obsesivo y compulsivo, presione repetidamente el 1.
- Si usted es co-dependiente, pídale a alguien que presione el 2 por usted.
- Si tiene la autoestima baja, por favor cuelgue. Todos nuestros operadores están ocupados atendiendo casos más importantes”.
La depresión postvacacional
El llamado síndrome postvacacional, también conocido como estrés o depresión postvacacional, es un concepto que se refiere a la ansiedad o presión emocional que debemos afrontar al readaptarnos a las tareas laborales después de un período vacacional. No se puede considerar como una enfermedad sino como un proceso adaptativo a la vida laboral después de las vacaciones que, para algunas personas, puede resultar difícil.
En algunos casos, la presión de la vuelta al trabajo llega a ocasionar verdaderos cuadros de estrés agudo. Sus manifestaciones emocionales, del comportamiento y físicas que lo caracterizan son: malestar, ansiedad, depresión, disminución del rendimiento, palpitaciones, sudoración, aumento de las frecuencias respiratoria y cardíaca, temblores, cambios de humor… Esto si altera la salud mental y hay que tenerlo en cuenta.
Muy pocos casos de estrés postvacacional precisan de un abordaje profesional, ya sea médico o psicológico. Si estos cambios adaptativos se perpetúan más allá de unos días, puede aparecer un verdadero síndrome de ansiedad generalizada o un llamado estrés crónico que manifestará una clínica específica y que puede requerir tratamiento específico. Si se llega a esta situación lo mejor es consultar con un especialista.
¿Qué es la depresión o astenia otoñal?
El otoño es como una escalera que desciende a los infiernos. Algo parecido a esto dijo el profesor Rosenthal cuando prescribió que hasta un 20% de la población sufre síntomas depresivos en otoño e invierno por la falta de luz.
La depresión en otoño es un síndrome transitorio que aparece con el cambio de estación como respuesta del organismo a los cambios medioambientales (concretamente, disminución de la luz solar y la bajada de las temperaturas) que altera los biorritmos y el ciclo de vigilia-sueño y que puede afectar negativamente a nuestro estado de ánimo.
Causas de la depresión otoñal
La principal responsable de esta alteración es la melatonina, una hormona encargada de regular el sueño o la temperatura corporal. La producción de melatonina aumenta con la reducción de la luz solar y este incremento provoca una bajada de serotonina conocida como la hormona de la felicidad. El resultado de mayores niveles de melatonina y menores de serotonina es la aparición de la apatía, el cansancio, la somnolencia o la tristeza.
Si a los factores hormonales unimos los cambios climáticos, como la llegada de la lluvia y el frío, la disminución de las horas solares o la incorporación a la rutina y obligaciones diarias con la consiguiente reducción del contacto personal con amigos y familia, la consecuencia es la aparición de la astenia o depresión otoñal.
Síntomas de la depresión otoñal
La «depresión» otoñal se caracteriza por los siguientes síntomas: falta de interés por realizar actividades que antes si nos gustaban, tristeza, apatía, aparición de insomnio o hipersomnia (la necesidad de dormir demasiado), problemas de concentración, irritabilidad, mal humor y, en algunos casos, trastornos de la alimentación.
La importancia de la salud mental
La salud mental es tan importante como la física, por eso, muchos seguros de Salud ya incluyen la asistencia psicológica entre sus coberturas. Es un servicio de reciente introducción y no está presente en todos por igual. Dependiendo de la compañía y de la póliza contratada, se podrá acceder a unos servicios u otros.
Existen varios problemas diferentes de salud que pueden resolverse con una o varias visitas al psicólogo. Las consultas más habituales tienen que ver con depresiones, trastornos del sueño o de la alimentación, pero existe un enorme abanico de afecciones que pueden ser tratadas por estos profesionales sanitarios.
Algunas dificultades psicológicas pueden resolverse en pocas sesiones, especialmente las que tienen que ver con problemas muy específicos como el miedo a volar o la disfunción eréctil de causa psicológica. Sin embargo, otros problemas como la depresión mayor o la ansiedad de causa desconocida pueden requerir de un número mayor de consultas.
Psiquiatría
En la mayor parte de los seguros de Salud, el primer paso para acceder a la asistencia psicológica es visitar al psiquiatra. Este médico es el que tiene que recomendar que el paciente lleve a cabo una terapia psicológica, bien sea como única medida o como complemento a un tratamiento farmacológico u otra asistencia psiquiátrica.
El psiquiatra será además el único que puede recetar una medicación. El hecho de que este facultativo prescriba una serie de medicamentos no significa que el tratamiento acabe ahí, sino que puede valorar la posibilidad de que el paciente vea a un psicólogo, para llevar a cabo algún tipo de terapia.
Psicología
Una vez que el psiquiatra derive al paciente al psicólogo será este es que lleve a cabo una valoración del estado de salud del mismo, y decidirá el tratamiento (no farmacológico) a seguir. El psicólogo es un profesional sanitario que en España debe de tener varios títulos homologados para poder ejercer: la licenciatura en psicología y el PIR (formación práctica equivalente al MIR de los médicos), que acredita que es un especialista en psicología clínica.
Las sesiones de terapia
El tratamiento será muy distinto dependiendo de la enfermedad del paciente. No todos los trastornos se tratan en un despacho con el terapeuta sentado y el paciente en un diván. No obstante, la terapia individual es uno de los tratamientos más frecuentes.
Las sesiones de terapia individual tienen una duración variable, dependiendo del método que siga el psicólogo y de la naturaleza del problema. Lo habitual en una de estas sesiones son aproximadamente 50 minutos, aunque pueden ser más cortas o más largas.
Pero el tratamiento puede ser también en pareja, si los problemas vienen en el marco de una relación, en familia si hay menores implicados o en grupo para algunos tipos de trastornos sociales.
Contratar un seguro de Salud con asistencia psicológica
La asistencia psicológica puede resultar fundamental para la salud de un paciente en algún momento de su vida.
En nuestra correduría nos preguntan si los Seguros de Salud cubren los tratamientos psicológicos.
Respuesta: cuando está bien contratado SÍ.
Incluso pueden incluir asistencia a sesiones terapéuticas. ¿Te interesa? Consúltanos.
Fuentes | Javier Barroso | Centro de Psicología López de Fez